Desde que lo vimos por primera vez en La Batalla de los Dioses, Bills, el dios de la destrucción, se ganó nuestro respeto. El personaje supo ocupar un lugar que siempre ha hecho grandes a las series de Dragon Ball: El de los buenos villanos. Bills estuvo a la altura de los mejores, pues no sólo es fuerte sino también divertido.
Durante todo este tiempo se ha dicho que Bills podría ser una personificación de Anubis, el dios egipcio de la muerte, o alguno de los gatos que aparecen en los jeroglíficos del antiguo Egipto. Y aunque la explicación no es ninguna de esas, hay algo de cierto.
Gracias al libro de aniversario de Dragon Ball Super, nos enteramos que la inspiración que tuvo Akira Toriyama al crear este personaje vino de una vieja gata de raza Cornish Rex llamada “Debo” que vivió con él.
Después de que la gata se puso gravemente enferma, el veterinario declaró que no tenía mucho tiempo de vida, pero la gata se recuperó milagrosamente y el veterinario dijo en broma que podría ser una especie de demonio. Lo que años más tarde, sirvió como inspiración para crear al dios de la destrucción del universo 7.
Según la publicación del libro, este pequeño animalito es la mascota favorita del mangaka. Se sabe que él ha sido gran amante de los animales
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