¡Alerta de Spoilers!
Como todos los meses ahora, y con el fin de promocionar el próximo número de la revista V-Jump que aparecerá el 21 de noviembre de 2020 en Japón, el sitio web oficial de Dragon Ball compartió con nosotros un primer vistazo al capítulo 66 de Dragon Ball Super al publicar los borradores de las primeras páginas hechas por Toyotaro.
En el capítulo anterior, Goku le dio a Moro una última oportunidad para arrepentirse y regresar a la prisión galáctica. Una propuesta que Moro obviamente rechazó, incluso aprovechando la oportunidad para recuperar la mano que Merus le había cortado, lo que le permitió obtener sus poderes de ángel. Moro puede luchar con Goku nuevamente, pero su cuerpo no puede soportar sus nuevos poderes, que son demasiado grandes para un cuerpo no entrenado. Moro no tuvo más remedio que fusionarse con la Tierra para controlar este poder angelical. Moro ahora siendo uno con la Tierra, no puede ser derrotado sin causar su destrucción, y peor aún, toda la energía que ha acumulado podría desencadenar una explosión que acabaría con toda la galaxia.
Título del capítulo 66: Moro, el devorador de planetas.
El capítulo comienza con todos los Guerreros Z que han sido curados y han evaluado la situación. La primera observación es que el lugar de la batalla estaba extremadamente lejos de donde están ellos.
Dende se da cuenta de que el estado de la Tierra no es normal, mientras que Gohan les pregunta a los demás si ellos también no sienten que sus cuerpos de repente se vuelven pesados.
Vegeta se da cuenta de que Moro está usando su absorción de energía nuevamente. Piden a los demás que se alejen y se apresuren a ir donde Goku, quejándose de que obviamente ha vuelto a fallar.
Luego vemos que la Tierra y sus habitantes comienzan a vaciarse de su energía vital, con Moro riendo a carcajadas y gritando que la energía de la Tierra es suya.
Goku le grita que se detenga y luego es atacado por una horda de manos gigantes, que siguen apareciendo sin importar a dónde vaya. Moro le recuerda que él y la Tierra ahora son uno y que, por lo tanto, no tiene adónde huir.
Whis señala que la situación es más que crítica, porque si así continúa evitando solo los golpes para evitar la explosión, a cambio la energía de Moro aumenta cada vez más. Krillin luego pregunta si realmente no hay solución y Whis le dice que solo hay una, pero se pregunta si Goku es capaz de hacerlo.
Bills irrumpe y dice que no tiene otra opción, que hará una excepción esta vez y los ayudará, ya que, si la Tierra desapareciera, lo molestaría. Agrega que, si los otros Dioses de la Destrucción lo vieran en esta situación, se acabaría y que se apresurará a solucionarlo.
Es entonces cuando destella el orbe de Whis, exactamente en este momento este último recibe una llamada del Sumo Sacerdote que les pide que vayan, y especifica que seguramente se trata de Merus. Bills entra en pánico y le dice a Whis que realmente no es el momento y que es mejor que se apresuren a regresar aquí. Luego se enoja con Krillin y Jaco diciéndoles que básicamente el destino de la Tierra no es asunto suyo, ¡que tienen que resolverlo ellos mismos!
Whis luego se va para unirse a Goku por un momento, y le explica que la única forma de detener a Moro es continuar lo que hizo Merus al romper el cristal. Él le explica que, si todo va bien, al hacer esto, solo Moro será destruido y puede que sea posible salvar la Tierra.
Goku luego le pregunta si puede hacer eso. Whis responde que tiene en sus manos los poderes de los Dioses y que debe creer en sus poderes. Goku le indica que lo entendió y que de todos modos solo existe esta solución, Whis asiente y le dice que él y Bills deben regresar al mundo de los ángeles.
Bills luego le grita a Goku, diciéndole que incluso si no puede salvar la tierra, será mejor que deje algunos platos de comida a un lado. Entonces Whis y Bills se van.
Goku se da cuenta de que Moro se hace cada vez más grande y necesita darse prisa, luego se da cuenta de que, debido a esto, el cristal se vuelve cada vez menos visible.
¡Es entonces cuando llega Vegeta pidiéndole a Goku que se salga de su camino!
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